Flores, Petén, Guatemala
ISLA DE FLORES, PETÉN
La visita a Flores. Petén está acompañada de una relajante vista del lago o un acercamiento a las famosas ruinas de Tikal. Pero para los amantes del ecoturismo la isla es además, el punto de partida para diferentes encuentros naturales.
Flores es una pequeña isla en el lago Petén Itzá unida a la costa por una calzada de medio kilómetro. Santa Elena y San Benito, que quedan en tierra firme, se consideran parte del conjunto, ya que forman el grueso de la población. No obstante, la isla reúne los comercios, restaurantes y hoteles del área, así como la plaza principal de la comunidad, formando un núcleo de singular belleza. Como atracción turística ha conservado gran parte de su personalidad original en calzadas de piedra y casas antiguas. La ciudad no es el paraíso para los que intentan escapar de las grandes aglomeraciones, ya que tiene una afluencia constante de visitantes. Sin embargo, las mejores horas para gozar un paseo por el pueblo son las del mediodía, durante las cuales las calles se mantienen silenciosas. Su avenida principal se forma a través de su costa insular, mientras que las que se atraviesan diametralmente llevan hasta el parque central, donde se ubica la blanca y bonita iglesia en el punto más elevado. Una de las mejores formas de apreciar la belleza del conjunto es navegando por el lago. Se pueden alquilar diferentes medios de transporte, desde económicas lanchas hasta lujosas motos acuáticas. Para los amantes de la naturaleza, el vehículo que menos contamina el ambiente es el kayac.
Piedra sobre piedra
La historia de la ciudad se mantuvo oculta tras la selva hasta 1697. Cerca de Flores se encontraba la ciudad Maya de Tayasal, la última en caer bajo dominio de los españoles. Con la llegada de las tropas de Martín de Ursúa, se destruyeron todas las construcciones consideradas paganas y se edificó un fuerte en la isla. De este modo nacería la Flores católica, tras lo que no se podrá encontrar ningún vestigio precolombino en las orillas del lago.
La población de esta zona del Petén se ha incrementado en los últimos años, despertando el peligro de la deforestación. La riqueza natural de esta área guatemalteca podría verse fuertemente mermada por sistemas de cultivo que empobrecen la tierra. Por ello, el Gobierno ha establecido una reserva de biósfera que abarca todo el norte del departamento. El Petén cuenta con algunas de las joyas naturales más importantes del país, siendo Flores un buen lugar donde iniciar el viaje. Por su ubicación y su dedicación a la industria turística, la oferta hotelera del lugar es amplia y competitiva. Se puede conseguir alojamiento a precios cómodos (unos Q30).
También son numerosas las opciones de viajes organizados para realizar excursiones ecológicas. Casi todos los hoteles tienen su propia agencia turística, así es que, con tiempo y paciencia, puede elaborar una opción ideal, consultando distintos precios.
Paseos a la naturaleza
El lago Petén Itzá está subiendo paulatinamente de nivel porque recibe más agua de la que se evapora. En las calles que desembocan en la orilla se puede apreciar cómo algunas casas han sido invadidas por el agua. Las puestas de sol en el lago son espectaculares por el color que toma el cielo y es el momento del día en que parece detenerse el tiempo sobre la isla.
Para acudir a los sitios más alejados hay que pactar el precio con los cayucos motorizados. Un lugar cercano es el Petencito, que cuenta con un pequeño zoológico. Otra atracción son las grutas de Actún-Can o Cueva de la Serpiente (se visita de 8:00 a 17:00) en donde se pueden apreciar estalactitas y estalagmitas que con el tiempo han adquirido caprichosas formas. La opción más tentadora es la del Biotopo Cerro Cahuí, una zona selvática declarada reserva natural en 1982. Las palmeras, caobas y ceibas pueblan el paisaje con sus tonalidades verdosas, mientras, con atenta mirada, es posible encontrarnos ante la prodigiosa elegancia de las orquídeas. Hay conocimiento de que aún los jaguares, armadillos y cocodrilos tienen aquí su hábitat. Sin embargo, resulta más fácil encontrarse con mapaches, tortugas y monos También hay serpientes peligrosas, por lo que es conveniente no salirse de las rutas marcadas. Esta impresionante fauna se completa con su diversidad de aves: tucanes, loros, martines pescadores y garzas, entre otras especies. El Biotopo se encuentra casi en el ángulo nordeste del Lago Petén Itzá y se visita de 7:00 a 17:00. Para llegar por tierra, hay que pasar por el Remate, un lugar ideal para mochileros. Este punto de paso, a dos kilómetros de Cerro Cahuí, tiene alojamientos baratos y permite vivir en contacto con la naturaleza.
Extraído de viajeguatemala.com